tado y los Boncos, pueden como yn lo hon hecho, hncer una bnja momentinea, pero lo consiguen entregando sus recursos y revelondo por el hecho á los alcistas especulndores, que quednn desguurnecidos y que en uno nueva Osperulnción hallarún menores diticultodlos para conseguir su objeto, que es deprecior la monedo legnl.
Por otra porte, no es pasible, Excelentisimo señor, esta lucha entre lu comunidud y el Estado que no especulan, ni deben especular, de un lado, y del otro simples particulorcs, cuyas compros y ventos de nrlificio, tienen por rselusivo propósito é interés, justarnente hacer diferencios, alterando en los cotiznciones los precios de los monedas parn obtener el lucro ¿Cómo entonces dejur venir impnsiblemente la multiplicidad de Bolsns donde høn de cotizarse Ins monedas nocionales, pnra que se multipliquen esas situaciones insostenibles y que tonto dañan los intereses sociales? Soy, señor Presidente, amigo sincero de las Bolsns de Comercio y no es mi animo stribuir inalo intención á los que liacen en ellas Ins operaciones que yo lHomo juego d diferencias. Creo que todos ellos, la moyor parte mis umigos, á quienes estimo, proceden en la convicción de que usan un derecho, y que d nadie ofenden, pero csta creencio errónca que todos hemos lenido, proviene de que no nos hemos detenido n estudiar ese hecho social cuyos manifeslnciones tanto afeetun los intereses genernles.
Es tan falsu la creencia de que hny derecho individual para especular par medio de operaciones de ngio y ozor con el valor de las monedas que so ho dodo la sociednd, como habia errada creencin cuundo todos nceplóbarnos que los gobiernos de Provincia podinn crcar monedo, declorar el curso que buscanzoso, hacer ernisiones, etc, etc.
Son estos, vicios de nuestra educacion, que debernos desarroigar con mono vigorosa, pora entrar de lleno en
