de la energía que deriva del principio de relatividad, así como también el postulado de equivalencia de Einstein. Pero no para ello aquí. En la misma figura están dibujadas las rectas que definen los va lores de y en función de => según se acepte la teo ría de Newton, ON, o la de Einstein, OE, y ya en ella es evidente la mayor precisión con que éste, último traduce los resultados de la observación. Si se prefiere el valor numérico que se deduce para la desviación de un rayo rasante al limbo solar, los resultados son:
Sobral 198 + 0"12 ] e Principe 1761 + 0730
de modo que habida cuenta de los errores posibles, cuya magnitud se traduce por el error probable consignado, estos números coinciden con el previsto teóricamente.
63. Aquí, como en el caso del movimiento del perihelio de Mercurio, son muchos los que no aceptan los resultados de Crommelin y Eddineton como una prueba incontestable de la teoría de Einstein. Se ha señalado el escaso peso que puede atribuirse a las observaciones de los astrónomos ingleses en atención al instrumental de que pudieron disponer dada la pequeñez de la desviación, pues en las pla == FUNDACIÓN
- Sh] JUANELO ASÍ TURRIANO
