tonces llevará, por consiguiente, a escribir en vez de
[poner a=o
(66, 3)
y los coeficientes de las 52 son las ecuaciones del campo gravitatorio (65, 3).
67. Acabo de decir que el principio de la mínima acción ha sido aplicado para deducir las ecuaciones del campo electromagnético. Añadiré ahora que es el método adecuado para obtenerlas en su forma más general, aplicable a cualquier sistema de referencia, en cuya forma va contenida la solución de un problema físico trascendental. Me refiero a la influencia, tantas veces buscada sin éxito, de la gravedad sobre los fenómenos eléctricos y magnéticos de todo género, e inversamente. Ya hice notar ($ 49) que gracias al principio de equivalencia puede llegarse al descubrimiento de las influencias en cuestión, determinando los cambios que en las ecuaciones aludidas produce la aceleración del sistema de referencia, o dicho de otro modo, como figuran en ella los potenciales gravitatorios gik.
No cabe en los límites de este libro seguir los razonamientos que conducen a dichas ecuaciones. Como siempre, todo el problema estriba en buscar la función de Hamilton, pero aquí no es dificultad grave, puesto que ha sido ya resuelto en la ciencia clásica; por cierto, conservando para dicha función la forma de diferencia de dos términos, que pueden considerarse equivalentes a las energías cinética y potencial de la Mecánica. Los parámetros, arbitrariamente incrementables, son los potenciales P;¿, relacionados con las componentes del
a FUNDACIÓN 5 h) JUANELO ASÍ] TURRIANO
-
