montañas que encierran su paisaje, no se da clara cuenta de la estfericidad de la superficie terrestre.
Así, aquella imagen sencilla del mundo es perfectamente aceptable para llegar al conocimiento de algunos datos fundamentales referentes a él. Por este camino encontramos un valor para la ccnstante G, en función del radio de curvatura R de nuestro mundo ficticio, el cual a su vez viene determinado (68, 6) por la masa total de materia M, distribuida en él. Por otra parte (68, 5) permite el cálculo de R partiendo de la densidad media py), magnitud quizá más fácil de estimar que Mo.
69. Si como ejemplo se parte de la densidad de estrellas en la región central de nuestro sistema galáctico, que Kapteyn estima ser una por cada 3 10% centímetros cúbicos, y se supone que la masa de éstas es igual a la del Sol, 21083 gr., py resulta por el cociente de ambos números igual a 7 107% gr. Entonces del valor de k, del $ 36, y de (68, 5) se deduce
R = 7" 10% cm., o sea unos cuatro billones de veces la distancia media del Sol a la Tierra. Digamos de paso que por
otros caminos se llega a números de este orden de magnitud (1).
(1) Véase, por ejemplo, Sittes, M. N., 78, pág. 24 y siguiente.
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