Y es de advertir que, no obstante la esencial diferencia señalada entre la nueva y las antiguas nociones del éter, también llena el cometido que le imponen los espíritus que sólo encuentran satisfacción imaginando que toda la realidad que percibimos es simple manifestación del estado físico de tal medio, espíritus que son legión entre los cultivadores de la Filosofía natural. Además, las ideas de Weyl están muy próximas de darles plena satisfacción, pues los últimos elementos integrantes de la materia, el electrón negativo y el protón positivo, quedan por ellas reducidos a singularidades de los campos gravitatorio y electromagnético (de la curvatura y del aforo del Universo), de los cuales sólo pueden conocerse los valores invariantes de su masa m y Su carga e, determinados por el flujo de dichos campos a través de superficies que envuelven de cerca a los referidos puntos singulares.
8 FUNDACIÓN
RAN JUANELO dl
TURRIANO
