histórica precedente.
Al señor Dr. D. Domingo Faustino Sarmiento.
- Distinguido señor y amigo:
En el deseo de ser útil al pais donde actualmente resido, disfrutando de una posición honorable y ocupándome seriamente con el estudio científico de sus productos naturales, me permito presentar á Vd. algunas ideas sobre la fundación de un establecimiento necesario en el pais, para adelantar el estudio de las ciencias exactas, que profeso, y facilitar así á los hijos de la República Argentina el examen de sus riquezas naturales con mavor suceso, que el que hasta hoy ha sido posible por la falta de instrucción relativa á este estudio en el pais.
Siendo la instruccion pública la base de todos los progresos de una nación civilizada, lo que Vd. conoce tan bien como yo, me parece una necesidad urgente, que la República Argentina tenga en su propio suelo un establecimiento científico capaz de educar maestros, no solamente para la enseñanza primaria, sino también para los estudios mas avanzados de las altas ciencias.
Maestros, en estas condiciones, no se encuentran fácilmente en el estrangero y aun si se les halla, no son tan útiles y convenientes, para la enseñanza de la juventud, como los de igual capacidad nacidos en el pais.
La juventud siempre juzga con lijereza y generalmente está prevenida coutra sus maestros; ella los estima tanto mas cuanto que hablan mejor el idioma de ella, y desprecia á los que lo hablan peor que sus discípulos.
Las naciones mas ilustradas de la antigüedad han formado su juicio sobre las otras, del mismo modo; los Griegos llamaban