pobres, la gente de trabajo a jornal, la peonada, las cocineras y tutti cuanti, se han apoderado de estos vehiculos por economia; en efecto, comodidad, celeridad, seguridad y baratura, todo esta consultado en este sistema de locomoción, que, al extenderse la población tan extraordinariamente, ha reducido las distancias de tal modo, que en el dia se puede estar en la plaza de la Victoria, en Barracas al Sur, Flores y Belgrano, en la Boca y en la Darsena Sur, y eso hasta las doce de la noche... ¡¡coche a la puerta!! ¡quién no lo tiene ahora! Señoras conozco yo que dejan el suyo a la puerta y toman el tranvia... es el modo de asegurarse contra los innumerables percances del trafico y de los empedrados municipales.
El tranvia ha venido a ser para los argentinos el federis Arca. En él se vé muchas veces en la mas intima apostura y codeandose una gran dama con su riquisima toilette, a1 lado de una fregona con su canasta y sus chismes, un peón de fabrica a1 lado de un teniente general, un sacerdote austero frotandose con una lavandera, la modista, la verdulera, la mucama, la planchadora, cada una con su atadillo, bandeja o canastillo, simbolo del oficio, frotándose con un gerente del Banco, con un sportman, con un director o presidente de la Sociedad Rural, o una hermana de caridad a1 lado del empresario de conventillo... ¡¡Oh triunfo de la democracia!!
Oid mortales el ruido de rotas cadenas
¡Ved en trono la noble igualdad!
¿Quieren ustedes ver nada que sintetice mejor que los tranvias el verdadero trono de la noble igualdad?... Cuéntemenlo ustedes cuando lo descubran...