queza, con noble valor, sobre la función sexual, sobre la reproducción de la especie, como del más esencial de los hechos biológicos y sociales. Debemos hablarles científicamente, sin falsas vergüenzas y sin mentidos misterios. Nuestra enseñanza, vivificada por un alto idealismo, les hará comprender la belleza de las leyes universales en la generación. Concebirán la trascendencia del amor y se sentirán penetrados de su poderosa poesía al considerar, que el amor y su fin natural, la reproducción de la especie, es la síntesis de la función más importante y de los sentimientos más nobles del hombre.
A estas conclusiones teóricas se ha arribado definitivamente en Alemania, Inglaterra, Francia, Estados Unidos, e Italia, donde, por medio de libros, de revistas, de opúsculos, de conferencias universitarias y populares, se inicia científicamente a la juventud en los múltiples problemas de la vida sexual, en sus condiciones fisiológicas y patológicas.
Estas publicaciones de vulgarización higiénico-sexual, deben ser dirigidas, ante todo, a los padres de familia para persuadirlos de que el deber más grande que tienen hacia los que de ellos recibieron vida, es el de hacerlos aptos para transmitirlas en las mejores condiciones mentales y corporales; para que los padres inculquen a los hijos, como un dogma, que se comete un crimen al dar vida a un ser en desventajosa situación fisiológica o mental, moral o sociológica.