el espíritu humano; si hay que contar con él, si es inútil el denigrarlo amargamente, por fortuna no es necesario venerarlo.
Los espíritus lógicos y de amplias miras serán seguidos por la humanidad. Basta que a las grandes ideas se les conceda los siglos que necesitan para transformar lentamente el medio intelectual, la atmósfera moral y social, condición de toda vida larga y fecunda.
Ciencia, filosofía, arte, legislación, política, educación. He aquí los grandes modificadores del medio social y de la atmósfera intelectuall si se les da el tiempo suficiente para la acumulación total de sus acciones parciales.
Las ideas conducen el mundo hasta cuando son rechazadas por el individuo (en particular), gracias a la modificación progresiva de los instintos por la reflexión acumulada en el tiempo y generalizada en la raza.
Así el argumento que hoy no logra convencer al creyente acabará mañana por disolver la ciencia.
Antes de señalar al estudio crítico detenido los puntos vulnerables de las religiones antropomórficas — casi sin excepción todas las existentes, — procuraremos definir un criterio pragmático que nos permita reconocer cuándo la idea, cuándo el sentimiento son o no humanamente verdaderos.
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Es obra sana el perseguir el mal, cobre todo el