a cada madre de familia ganar su sustento sin abandonar el hogar doméstico".
¿Cómo medir hasta dónde la miseria social influye en la degeneración?
Las condiciones especiales de la época actual, multiplicando los estados nerviosos mórbidos, aumentan progresivamente el número de anormales.
No es posible dejar de lado los efectos de la insuficiencia del alimento, de la miseria orgánica de la madre, de las penas, de las angustias por el pan de mañana. Nada altera tanto la composición de la sangre, envenenándola, como las emociones fuertes o las penas continuas.
De paso, anotemos este hecho para que los profesores de Economía Doméstica lo mediten: la necesidad de un "curso práctico" de Cocina Higiénica. Cuanto más aumenta el éxodo del hogar hacia la fábrica tanto más se abandonan las nociones prácticas características de una buena ama de casa. A consecuencia de la mala preparación de los alimentos, los recambios orgánicos se hacen de una manera imperfecta. Y esa alimentación, que no satisface ni agrada, empuja al marido al café, a la trastienda del almacén, a la taberna. ¡Qué hijos nacerán del connubio del alcohol y de la miseria! La estadística demuestra que el aumento de las lacras está en razón directa con el mayor consumo de alcohol.
Como medida precaucional contra el alcoholismo cítase la campaña escolar. Pero valdría más suprimir la causa, no ya tasando la venta de bebidas