Cuando la Primavera despierte á los amores,
y fecundice el suelo, y traiga aves y flores, ya te alzarás soberbia del lúgubre ataúd.
Mas ¡ay! que yo abatido por negros desengaños,
no aspiraré las flores de mis primeros años;
se fué mi primavera, se fué mi juventud!