Después llegué hasta Turquía;
Fuí el encanto de un harem,
La envidia de un crisantem
Que de pena se moría
Con mi gracia y mi armonía
Reiné como soberana,
Y hasta la misma sultana
Ante mí palideció
¡Que en mis hojas se durmió
La Aurora de la mañana!
Soy hecha de seda fina
Con plumas de pavo real,
Grabadas en el cristal
De mi corola divina.
En mi origen se adivina
Algo de mosaico extraño,
Algo de un sueño de antaño
Que en el pasado se esfuma,
Algún misterio de bruma,
Algún caprichoso engaño.
Soy una rara visión,
Soy farolillo chinesco.
Soy un ídolo burlesco
De una extraña religión.
De marfil y ámbar fusión;
Rayo del astro del día.
Juguete que desvaría
Porcelana japonesa.
Todo soy, hasta princesa
¡Porque soy la poesía!
Mayo 6 de 1912.