Vieron muchos países. Fueron muy lejos visitaron un gran número de moradas, y siempre con las mejores consecuencias para aquellos á quienes se acercaba el espíritu de la Navidad.
Al aproximarse al lecho de uno, enfermo y en extranjera tierra, éste se olvidaba de su dolencia y se creia trasportado al suelo patrio. Si á una alma en lucha con la suerte, le infundia sentimientos de resignacion y esperanza en mejor porvenir. Si á los pobres, inmediatamente se creian ricos. Si á las casas de caridad, á los hospitales y á las prisiones, á todos estos refugios de la miseria, donde el hombre vano y orgulloso no habia podido, abusando de su pequeño y efímero poder, impedir la entrada al espíritu, éste dejaba caer su bendicion y enseñaba á Scrooge mil preceptos caritativos.
Fué una noche muy larga, si es que todo esto se cumplió en una noche: Scrooge lo dudó porque á su juicio habian sido condensadas muchas Navidades en el tiempo que estuvo con el aparecido. Sucedia una cosa extraña y era que mientras Scrooge conservaba incólumes sus formas exteriores, el espíritu se hacía más viejo; visiblemente más viejo.
Scrooge advirtió la transformacion, mas no dijo nada, hasta que al salir de un recinto, donde varios niños celebraban la fiesta de Reyes, miró al espíritu, así que se en-