Página:Cantico de Navidad.djvu/128

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Ninguna respuesta. Tan sólo la mano hizo señal de ponerse en marcha.

—Guiadme, dijo Scrooge, guiadme. La noche avanza rápidamente y el tiempo es muy precioso para mí; lo sé. Espíritu guiadme.

El fantasma empezó á deslizarse como habia venido. Scrooge fué detrás de la sombra de la vestidura; parecíale que ésta lo levantaba y lo arrastraba.

No se puede decir que penetraran en la ciudad, sino que la ciudad surgió alrededor de ellos, rodeándolos con su movimiento y su agitacion. Estaban en el mismo centro de la City, en la Bolsa y con los negociantes que iban de un lado para otro de prisa, haciendo sonar el dinero en los bolsillos, agrupándose para entretenerse en negocios, mirando sus relojes y jugando distraidamente con la cadena, etc., como Scrooge los habia visto en todas ocasiones.

El espíritu se detuvo cerca de un pequeño grupo de capitalistas, y Scrooge, adivinando su intencion por la mano tendida, se acercó á escuchar.

—No... decía un señor alto y grueso de triple y canosa barba; no sé nada más; sé tan solamente que ha muerto.

—¿Cuándo?

—Anoche, segun creo.

—¿Cómo y de qué ha muerto? preguntó otro señor tomando una provision de tabaco