Y en nuestro corazón brota sonora
Onda de amor en férvida corriente.
Hoy que la Patria en mi cantar se mira,
Sólo el oro del alma hasta ella eleve:
Cuando en lengua ideal le habla la Lira,
No vano incienso, la Verdad le debe.
Cien años há que á larga lid gloriosa
Esta alma tierra se arrojó valiente,
Y surgió de ella soberana, hermosa,
Tremulante el laurel sobre la frente.
Hija de la Victoria,
Émula digna de la hispana gloria,
Por montes y por llanos
Lanzó sus fulminantes batallones,
En combatir, leones,
Y en el instante de vencer, hermanos.
Y Dios besó su frente;
Y un himno inmenso resonó en la esfera;
Y el cielo hondo y sereno
Desprendió de su seno
Ráfaga azul, de sol resplandeciente,
Para tejer su virginal bandera.
Luego en internas luchas encendida,
Enhiesta ó abatida,