La selva atravesó, áspera y fuerte,
Que á hombres y naciones
Desvía en el camino de la vida.
Con bramidos de muerte
Cerrado por panteras y leones.
Respirando ya ambiente más propicio,
Abrió hondo surco á la labor fecunda,
Y con seguro venturoso auspicio,
Que en la verdad y en el amor se funda,
Alzando hasta los astros su epinicio,
Hoy á los hombres muestra,
Más noble espada en la robusta diestra.
Nuestros héroes así la vislumbraron
En sus sueños de amor y de ventura,
Rica en clara hermosura,
Cuajado el vasto suelo en mieses de oro.
Así Moreno, espléndido meteoro;
Belgrano, el noble y puro,
Á quien el alma floreció en la mente,
Y de astros recamó su cielo obscuro;
Rivadavia el vidente;
Y aquel grande entre grandes.
Que sobre su corcel saltó los Andes,
Y en tromba al Ecuador, pueblos redime;
Y consintiendo en que el supremo lauro
Al glorioso rival la sien corone,