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obligándoles á volver una presa que por un decreto del destino estaba encerrada en una mansion circundada nueve veces por las aguas de la negra Stigia [1].
VI.
Pero ¡ah! el amante, antes del tiempo señalado por las deidades infernales, vuelve los ojos sobre su cara esposa.... ¡Infeliz! ella vuelve á sumergirme en el averno, muriendo una segunda vez para su esposo y libertador.
Cantor de Tracia, ¿cómo podrás tú otra vez, mover á com-
- ↑ Stigia: rio del infierno, cuyas aguas mortíferas formaban nueve giros al rededor del Tártaro.
