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En tallos que jamás dieron espinas
tocó mi mano espinas enconosas
y mi mano halló rosas peregrinas
en ramas donde nadie verá rosas.
Si alguien mi confusión adivinara
tal vez, creyéndome a1 dolor ajena,
ebria de poesía me juzgara.
Tú lo sabes: yo estaba ebria de pena...