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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

secreta para que por su parte Lemullanca solicitase por varios modos y caminos enviarles mi cabeza o mi persona, así porque Maulican no saliese con su intento de rescatarme, como para convocar toda la tierra y hacer un grueso ejército con la muerte del hijo de Alvaro, para volver a molestar nuestra frontera y seguir la buena dicha y fortuna que sus aciertos les habia manifestado con tan sucesivas victorias como las que habian tenido. Admitió la flecha de este oculto trato con mucho gusto el Lemullanca, como apasionado y envidioso de las glorias y nombre que habia adquirido su contrario con la suerte que tuvo en mi prision y cautiverio, que es una depravada mancha del ánimo la envidia, que con el bien ajeno se congoja y aflije el que la tiene: que así la difinió el anjélico doctor, y San Bernardino dice de ella, que es polilla del ánimo, que come el sentido, abrasa el pecho y ata el entendimiento, y todas las cosas honestas y buenas con un pestilencial ardor las consume y traga. Bien manifestó este envidioso cacique el interior fuego que le consumia el alma, pues desde luego dispuso y trató con efecto hacer un parlamento con malicioso fraude, convocando a otros de su devocion y ayllo [sic] para que fomentasen su determinación y mal intento; y sin dar a entender a Maulican ni a su padre Llancareu, toque principal y de los primeros de su parcialidad, para lo que se encaminaba su convocacion y junta de guerra, fueron citados y aplazados para él. Reconozcamos y veamos ahora si en este reino de Chille ha habido emmulaciones, algunas con sobrada envidia, de que se hayan orijinado varios desaciertos en él y menoscabos. Podré experimentado asegurar algunos que en el tiempo que he continuado las fronteras de guerra y militado en sus ejércitos, he tocado con las manos. Algunos gobernadores habemos conocido de buenas intenciones, que obraron con buen celo y hicieron la guerra conservando lo ganado y fomentando lo que estaba quieto con sosiego y buena paz. Tras estos han venido otros que por querer acreditar sus acciones, han vituperado las ajenas, y con título de adelantamiento de armas y disposiciones militares han dado al traves con lo ganado, sin atender que es lo mas forzoso y mas loable saberlo conservar y defender, ántes que ponerlo al riesgo; que le tiene cierto y conocido cuando las intenciones son ilevadas de la emulacion, de la envidia y de la cudicia, cuyas acciones siguen desenfrenados los ministros mayores del ejército, pues se ha experimentado en algunos de estos, si no han sido muchos, que habiendo reconocido alguno de estos ministros las medras y provechos que a costa de las piezas mal cojidas tenia cierto capitan y cabo de un fuerte que estaba adelante del ejército algunas leguas, trató al instante de ponerse en aquel paraje con su tercio, despoblando la mejor poblacion y mas antigua del reino por ir a ser dueño absoluto de las malocas y piezas que se cojian: que esta cudicia infernal tiene a Chille tan lastimado como se vee, y la guerra en peor estado cada dia, porque tambien ha habido algunos que lo que otros hicieron con buen celo gobernando, lo han deshecho fácil-