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HISTORIADORES DE CHILE.

DDRAR Y ACERO MAKE presumir que daba de mano a los dones y despreciaba las riquezas que le ofrecian los apasionados caciques. Lo tercero y principal que pude colejir de la firmeza y constancia que en defenderme y ampararme tuvo el dueño de mis acciones, fué la Providencia divina, que le ponia esfuerzo y ánimo varonil para que se opusiese a las contradiciones y aprie tos que le hacian, con que le solicitaban la voluntad por todos caminos para la consecucion de mi muerte y de mi fin desastrado; y aunque Dios, nuestro Señor, por mis culpas y pecados graves intentó castigarme justiciero con las penalidades de mi cautiverio y con los peligros de la vida que a cada instante experimentaba, fué su recta justicia templada con su acostumbrada misericordia que al punto que por nuestros delitos severamente se indigna, al mismo instante se conduele de nosotros. ¡Qué bien lo dijo San Ambrosio con estas palabras! No se olvida Dios (dice) de la piedad en medio de sus rigores, orijinados de nuestras culpas y pecados; amenaza con el castigo, mas no da lugar al cumplimiento: tiémplase su justicia, revócase su severidad, y siempre está mas dispuesto a hacernos bien que a castigarnos; y si tal vez se dilata en concedernos lo que le pedimos atribulados, no es porque deje de desear comunicarnos su clemencia. Dijolo con primoroso stilo San Basilio de Seleucia, sobre la peticion y súplica de la Cananea: que es de maravillar (dice) que Cristo, Señor nuestro, le dilatase el favor y escasease la merced que le pedia, apartándose de ella cuando le ruega, huyendo cuando le sigue, callando cuando le aclama, y últimamente cuando se arroja a sus piés con humildes razones, la responde severo: no es bueno ni cosa ajustada quitar el pan a los hijos y dárselo a los perros. Pues, ¿qué es esto Señor? Por qué os dilatais tanto en conceder a esta miserable mujer lo que os ruega? No venísteis al mundo por usar de vuestra misericordia? no bajásteis del cielo a la tierra por comunicárnosla jeneroso? Oigamos a nuestro citado santo la respuesta. No tiene tanto dolor (dice) la mujer oprimida con las angustias del parto, ni desea con mas ánsias verse libre de ellas, que Cristo, nuestro bien, no acabar de conceder lo que le pide la que a sus piés postrada se aflijia; ni ella tiene tanto deseo de recebir el bien que solicita, cuanto nuestro Redemptor de darla lo que desea, aunque disimulaba suspender el beneficio. ¡Oh gran Dios y Señor, lo que os debemos vuestras criaturas! pues nos encaminais con rigores, con trabajos y penalidades y desdichas al verdadero conocimiento de vuestra grandeza, para que os solicitemos rendidos y os pidamos favor atribulados, por tener en que ejercitar vuestras liberalidades. Volviéronse los mensajeros con mal despacho de lo que aguardaban los caciques de la cordillera, quienes se indignaron grandemente con Maulican por haber faltado a lo que habia quedado con ellos; con que determinaron al instante confederarse con un cacique émulo y contrario de Maulican llamado Lemullanca, de su mesma parcialidad y compañero de los consejos y juntas de guerra del cacique principal Llancareu, padre de mi amo, como queda advertido: esta confederacion fué chema recer obor most Y DDIY BRON