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HISTORIADORES DE CHILE.

TAROBRADA TOS AN HISTORIADORES DE CHILE. santos y justos tribulaciones y contínuos trabajos, como lo hacia el profeta Jeremías: en cuyo lugar dijo San Gerónimo: de la manera que algunos invocan y llaman a Dios, de la propia suerte el varon justo y santo y batallador invicto pide tribulaciones y trabajos para ejercitarse con ellos. Experimentado y reducido al freno del miserable cautiverio en que me hallaba, pude venir en conocimiento de la verdad que ignoraba, porque hasta entonces podré decir que no supe lo que era levantar los ojos de el alma a nuestro Creador y Señor, a quien invoqué aflijido, y a quien clamé desterrado, y triste lloré suspenso. Acabada mi oracion, poco a poco me fuí acercando a las orillas del rio que jeneroso bañaba aquellas vegas, adonde me labé las manos, y el rostro refresqué con sus corrientes, cuya ocasion llegó con sus hijos pequeños Maulican mi amo y los dos sobrinos nietos del viejo y mis compañeros en el lecho; saludóme Maulican con agasajo, que como cautivo estimé el cariño, preguntóme que por qué causa me habia levantado de mañana. Y lo parecia, porque al salir el sol luciente y claro, con una niebla obscura se subió la helada escarcha para arriba, que entre ellos llaman pirapilin (que tras de este accidente suele ser de ordinario cierta el agua). Respondíle que era mas tarde de lo que parecia, porque el sol al salir se habia mostrado claro y limpio, y con la niebla se habian sus rayos escondido. En el intermedio de nuestras razones se desnudaron todos y al agua alegres se arrojaron, persuadiéndome a lo propio y envidándome con el sitio; excuséme con palabras corteses a su envite, porque me juzgaba muerto si en ejecucion ponia sus intentos, y salieron frescos del agua, con que nos fuimos en buena conversacion y compañía a buscar el abrigo de los ranchos, adonde tenian bien dispuestos los fogones, aunque poco que comer, porque su ordinario no era otra cosa que un plato de mote de cebada, y unas papas bien limitadas, y una poca de chicha; y hubiera llegado a sentir con extremo tanta abstinencia y ayuno, si no se entreverasen muchos dias de boda, fiestas y bailes, a que nos convidaban los vecinos caciques, de adonde solian llevar la carne cocida y cruda, tortillas y bollos de maiz; que por ver al hijo de Alvaro (que por este nombre era mas conocido) armaban algunos entretenimientos, borracheras y juntas joviales, por regalarme todos con lo que podian.

CAPITULO V.

En que se prosigue la misma materia. Habiendo llegado a tener noticia el gobernador Ancanamon que yo asistia en el valle de Repocura, confinante a su parcialidad, dispuso una grande fiesta y borrachera que llaman ellos caguin, y esta era con una circunstancia de entretenimiento deshonesto, llamado en su lenguaje hueyelpurun (que en su lugar se dirá de la suerte que