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forme en que lo útil está perdido en medio de pájinas cuya lectura fatiga nuestra atencion.

El proposito de Bascuñan fué solo referir su cautiverio entre los indios araucanos despues de la batalla de las Cangrejeras; pero no quiso contar simplemente sus aventuras sino moralizar sobre cuanto veia y buscar en los autores que conocia un fundamento para sus moralejas. Este sistema lo arrastró demasiado léjos; y se vió precisado a alargarse en digresiones inútiles que interrumpen el discurso y aburren al lector. Despues de estudiar su obra, casi se siente uno tentado a creer que esas digresiones constituyen su verdadero fondo, y que la narración de su cautiverio es solo la parte accesoria. Siguiendo ese sistema, Bascuñan despojó a su libro de la mayor parte de su mérito.

Sin embargo, un lector atento descubre en casi todas sus pájinas una noticia interesante para la historia nacional. Bascuñan habia vivido entre los araucanos y apreciado mejor que nadie sus costumbres, hábitos y preocupaciones, y los da a conocer con bastante exactitud, porque por mas que haya puesto en ejercicio todos los recursos de su imajinacion para engalanar sus cuadros, el lector distingue en ellos la verdad y la descarga de los adornos retóricos. Las fiestas de los indios, sus juegos y borracheras, su vida doméstica, su sistema de guerra, su industria, su organizacion política, y hasta su carácter estan bosquejados con gran recargo de pormenores, y con cierto arte que hacen interesantes sus descripciones.

No son ménos notables las noticias que nos ha dejado en su libro acerca de la colonia y de su gobierno. Bascuñan se ha esforzado en dar a conocer los abusos del sistema de encomiendas, la codicia de los encomenderos, la rapacidad de los que traficaban con los indios, y el mal pago que se daba a los buenos servidores del rei, miéntras eran premiados algunos hombrecillos desprovistos de todo mérito. Cada vez que quiere dar la prueba de sus opiniones, recuerda en su apoyo algun hecho histórico mas o ménos curioso e interesante.

Como escritor, el autor del Cautiverio Feliz debe ocupar un puesto importante en la modesta historia de nuestra literatura colonial. Bascuñan es difuso, vulgar, pesado cuando entra en sus eternas digresiones morales o filosóficas; pero su estilo toma un aire de sencilla animacion cuando recuerda ciertos pormenores de la vida doméstica, o cuando describe algunas localidades. En las traducciones que hace de algunos poetas, se encuentran a veces ciertos versos cuyo candor nos hace agradable su lectura. Para apreciar mejor el mérito literario de su libro es menester trasportarse por la imajinacion a la época en que él escribió, en medio de la oscuridad colonial, y cuando en la misma España habian llegado las letras a un estado de asombrosa postracion y decadencia.

La lectura del Cautiverio Feliz es, como queda dicho, pesada y embarazosa; pero los que la lleven a término deben reconocer en su autor un hombre mil veces mas notable por su carácter que por sus talentos. Don Francisco de Bascuñan es uno de esos soldados llenos de