DISCURSO I.
CAPITULO I. [1]
Para sus antojos muchos la elocuencia abusan; pocos los que sobria y lejítimamente usan de esta facultad. Aquel por orador insigne se reputa que con aparente celo de verdad cubre la mentira, y en estos nuestros lamentables siglos, tal vez [?] ningunos se desvian de tan comun despeñadero; pues no por barruntos estas......... verdades, aun en los mas......... predicadores mezclando........... clara luz del Evanjelio santo en curiosos y afectados conceptos; mas juzgo en estos tiempos de semejantes afeites y rebozos necesitar nuestras costumbres, para que la palabra divina algun lugar tenga en nuestros corazones; que es propio del natural humano y de nuestras curiosas condiciones escudriñar con veras lo que nos ocultan y lo que con rebozo se nos veda, como lo sintió Ovidio:
En lo que hai dificultad
Estriba nuestro cuidado,
Y tras lo oculto y vedado
Se va nuestra voluntad.
El deseo y el afecto corren a rienda suelta tras de lo que nos ocultan, dijo el poeta.
Preguntaron a su divino maestro los sagrados discípulos, que por qué causa o razon hablaba de ordinario en parábolas y enigmas; a que responde a nuestro intento San Juan Chrisósthomo y dice, que por-
- ↑ El principio de este capítulo, por lo deteriorado del manuscrito, no es posible descifrarlo por entero.