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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN. no tan blancos ni agraciados, que parecian indiecitos como yo; subióse entonces el niño bonito (dígolo como él lo significó) a un árbol que estaba arrimado a la fuente, y en medio de sus ramas verdes y frondosas parece que estaba una señora, que su rostro era semejante al del niño, y por cima de aquel árbol andaban muchos niños como volando, que me pareció tenian alas; cojió otra vez agua de la fuente, estando en el alto sobre las faldas de la señora, y empezó a rociar a los niños desde arriba, y ellos pasaban corriendo por debajo; volvió a llenar otra vez el jarro y se lo dió a la señora, y ella fué echando poco a poco, de manera que caia el agua como la del chorrillo adonde vamos a cojer la que tiene aquella canalcita de palo: así caia, y los niños iban pasando por debajo uno a uno y recibian el agua en la cabeza, y ví que luego que les caia sobre ella, se les ponia nevada. ¿No habeis visto la escarcha que amanece en los prados cuando hiela? de la mesma suerte se les ponian las cabezas; y habiendo visto el entretenimiento que tenian, me fuí a entrar entre ellos y pasé tambien por debajo, y no caia agua sobre mí; levanté los ojos para arriba, y entónces me cayó la agua en el rostro, y bajando la cabeza me la bañaron toda, y recebí tanto gusto, que no quise apartarme hasta ver si me volvian a echar mas agua, y como se pasó algun tiempo, volví a levantar los ojos para arriba y no ví mas lo que de ántes; con que desperté gustoso de haber visto tan lindas cosas, que me holgara estarlas mirando hasta ahora. Este es mi sueño, capitan: ¿qué te parece? no es mui bueno? Respondíle que era mejor de lo que pensaba. ¿Cómo así (me preguntó el camarada)? Yo os lo diré y explicaré vuestro sueño (dije a mi camarada.) Habeis de saber, amigo, que antiguamente por sueños revelaba Dios N. S. sus secretos, como lo hizo con el rei Abimelech, en la vision de la escala con Jacob, con Jedeon en la batalla contra los Madianitas, y otros muchos ejemplos que pudiera traeros al propósito: y aunque hoi no podemos dar crédito a lo que soñamos, porque son ficciones del entendimiento y fantasías, o, como dijo Ciceron, que son pensamientos o palabras continuadas en la memoria en el discurso del dia; pero piadosamente podemos colejir algunas veces, que puede suceder lo que soñando se nos representa eficazmente, y mas cuando tiene fundamento en lo que honestamente deseamos; y asentado este principio, vos habeis imajinado entre dia o deseado ser cristiano, y conocer a Dios y sus grandezas, por cuya causa aprehendeis las oraciones con afecto, segun habeis mostrado. Es verdad, capitan (me respondió el muchacho), que he deseado con extremo ser cristiano y conocer a vuestro Dios, por la luz que me habeis empezado a dar de sus grandezas, y cada dia estoi con mayores ansias y continuos deseos de que me hagais cristiano. Pues ese es vuestro sueño (respondí al muchacho), que como habeis tenido esos fervorosos disinios, se os ha representado en sueños de la suerte que lo habeis de ser, bañándoos la cabeza con el agua que os echaré en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, con que se pone blanca y resplandeciente, de la suerte que se os repre orordni lamp ha Toviel h