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HISTORIADORES DE CHILE.

que si el parecer que le dieron, sin repugnancia le abraza, no hubiera dado lugar a lo uno ni a lo otro, pues ahorrando las dos leguas, no ganara el enemigo la montaña, ni a los caballos faltaran tan presto los alientos, y agregados en un cuerpo en descubierto campo, le hubieran dado alcance y castigado sin duda su osadía, y quedara quebrantado su atrevido orgullo; porque, como despues supimos con evidencia, no era el número de ellos mas que de ochenta, y los nuestros pasaban de mas de ciento, jente valerosa y escojida con que no les hubiera sucedido al contrario de lo que la disposicion y buen acuerdo pudo ofrecerles: pues arrojándose al paso el capitan y caudillo, con particular valor y esfuerzo (que las mas veces el atrevimiento sin sagaz consejo solo de precipitarse sirve), adonde al punto que en él entró resuelto, a lanzas lo derribaron del caballo abajo; y dos hijos que iban en su compañía, habiendo visto en tan evidente peligro a su padre, por defenderle le siguieron, dejando valerosamente las vidas, y otros tres o cuatro soldados que hicieron reputacion de quedar adonde su correjidor y cabo habia dado el último fin a sus dias.

A grandes daños y conocidos riesgos se pone el superior que no admite pareceres ni solicita consejos aun de los mas incapaces, como lo enseñó el supremo rei Cristo, bien nuestro, que cuando hizo o hubo de ejecutar aquel célebre milagro de los cinco panes, dijo a Filipo: ¿adónde comprarémos pan para que coma toda esta muchedumbre que me sigue? y dice el texto sagrado, que lo hizo por tentarle, pues es cierto que sin pedir parecer, sabia de la suerte que habia de satisfacer aquel copioso concurso. Aquí hai que advertir dos cosas ponderables: la primera, que industrió este divino monarca a los de la tierra a pedir consejo aun a los mas ignorantes, que entre los apóstoles se tenia por tal a Filipo, como lo advirtió San Cirilo Alejandrino sobre las palabras de San Juan que dicen: tanto tiempo has asistido conmigo, y aun no me has conocido? y con todo eso le pide consejo, para enseñar a los príncipes superiores que no deben ser presumidos ni soberbios, pareciéndoles que todo se lo saben y todo lo alcanzan. La segunda es, que deben tentar y probar a sus allegados, privados y consejeros, para ver lo que responden a sus dudas y dificultades, y examinar atentos lo que dicen, como hizo Cristo con Filipo, quien respondió imposibilitando el poder dar de comer a tantos. Porque hai consejeros en nuestros siglos, que con capa de santos, encaminan sus pareceres a solo sus particulares intereses, y los del comun los imposibilitan, como lo habemos visto y experimentado várias veces; y así es bien tentarlos y reconocer las intenciones que tienen.

Retiráronse con la pérdida de su caudillo los demas soldados, pareciéndoles ser mas temeridad que valor el querer contrastar con muralla tan inexpugnable, y entrarse en tan conocido riesgo de la vida.

En este tiempo y ocasion asistia yo en el tercio de San Felipe de Austria, ocupado en una compañía de infantería española, como queda atras manifiesto, adonde tuvimos aquella noche el aviso de lo que el