Reparó este santo doctor que al nacer J. C. S. N., sol resplandeciente de justicia, crecia y se dilataba mas el dia, porque se entienda que cuando nace el eterno dia, el temporal crece y se nos aumenta; hermosea el sol divino con su nacimiento nuestra humilde y miserable tierra, el material se acerca jeneroso a comunicar sus rayos mas lucientes; sale resplandeciente la verdadera luz al mundo, entonces se minoran y menguan las tinieblas, porque naciendo el eterno dia, el temporal debió aumentar sus luces, y las tinieblas sentir sus menoscabos. Esto es cierto y se verifica en la Europa y en Castilla; y en la América Austral de nuestro reino mui al reves y al contrario se experimenta el caso; con que podemos decir que en este chileno hemisferio corren todas las cosas al trocado, como lo he propuesto, y las razones de los santos doctores tal vez se hallan ambiguas y dudosas.
CAPITULO XVIII.
En que se prosigue la materia y se sacan algunos morales convenientes, y se da a entender de cuanta importancia es el recato y compostura en las mujeres. an Vamos ahora al principal blanco del capítulo y a las acciones ponderables de nuestro bárbaro, y hallarémos que reparar atentos, y aun en que las nuestras tengan regla y norma. Por misericordioso, apacible y manso, vemos que reprimió el furor ardiente de su liviano apetito, respetó cortesano a una mujer honesta, penitenta en el traje y en el rostro. Este jentil a los cristianos puso en grande afrenta, enseñó con su ejemplo al mas desenfrenado a usar de misericordia con el rendido y pobre, a ser piadoso, manso y jeneroso, de adonde se orijina saber no sujetarse a sus pasiones, el ser recatado, casto y abstinente. Y los fieles cristianos de aquel tiempo ¿qué doctrina y qué enseñanza die-p ron a estos bárbaros infieles? ya lo habemos reconocido y experimentado en los pasados y referidos sucesos. Luego, no son de tan malos naturales como algunos los hacen a estos indios, pues habiendo tenido tan perversos ejemplares, reconocen lo bueno, reverencian lo honesto, y se apiadan de los aflijidos los mas de ellos, como se ha experimentado y visto en este y otros atrasados sucesos. Tambien hai que advertir y reparar, para doctrina y enseñanza de las mujeres, que el recato y compostura en ellas, no dan lugar, aun al mas desalmado y atrevido, a perder el respeto a la honestidad y al traje penitente o moderado, como le sucedió a este cacique mozo y soldado desgarrado, que por haber reconocido en esta verdadera relijiosa severa compostura y penitente traje, abstuvo y reprimió su apetito deshonesto. De aquí pueden sacar algun provecho las que profesan virtud, compostura y relijion, y ver lo que importa el recato en las acciones y palabras y en la natural vergüenza, que es conveniente las acompañe, porque en faltando el velo vergonzoso en la mas cuerda, se hallará rodeada de cuantos males y daños pueden imajinarse. Díjolo San Gregorio Nacianceno con elegancia en el siguiento verso: em NATO
