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HISTORIADORES DE CHILE.

bios, juradores, airados, libres y desmedidos en el lenguaje, como si consistiese la buena administracion de las armas y la ejecucion total de la justicia en semejantes modos de gobernarse; siendo así, que son unos ignorantes y faltos de entendimiento los que tal presumen, porque el superior pacífico, el ministro manso y apacible, y el juez piadoso con entereza es mas temido, mas respectado y mas obedecido, porque sabe castigar severo cuando es menester y es necesario. ¿Quién mas nianso que Moises, de quien dijo San Gerónimo estas palabras entre los nacidos de aquel tiempo, el capitan jeneral y gobernador del ejército de Israel, aquel gran ministro y caudillo de Dios Moises se tuvo por el mas apacible y manso de todos los nacidos? ¿Dejó de castigar por eso las culpas y delitos de su pueblo? no por cierto. Dígalo el capítulo 32 del Exodo, en que mandó pasar a cuchillo 23 mil hombres por el pecado de la idolatría, por mitigar y templar la ira del Señor. Esto saben hacer los superiores pacíficos y gobernadores mansos, cuando es necesario el rigor y la aspereza. Notó un agudo injenio y docta pluma, que las tablas en que trajo Moises del monte la lei escrita, las hizo pedazos, y las segundas las guardó y conservó ilesas y bien tratadas; y da la razon de esta diferen. cia mui al intento de lo que habemos dicho. Las primeras (dice) fueron recibidas con truenos, rayos y relámpagos, como se vé y se reconoce en el cap. 19 del Exodo; pero las segundas se comunicaron y dieron a Moises con toda paz y quietud, estando el cielo limpio y claro, el sol sereno, y agradable el dia, para darnos a entender que no consiste, para que la lei se guarde y el mandato se ejecute, en que con rigor se ordene y con ira y enojo se promulgue el bando; a cuya causa dice nuestro gran intérprete las razones que se siguen: adonde hai ménos de severidad y temor, y se aventaja la mansedumbre y el agrado, aquí se halla mas pronta la observancia y la obediencia, chatu Luego, no consiste el ser obedecido el príncipe o superior que gobierna, en que sea soberbio, iracundo, libre y descortes en el lenguaje, como presumen algunos superiores de este reino, pues a los que han sido piadosos, apacibles y mansos, doliéndose de sus pobres soldados y compañeros, solicitando sus conveniencias, en lo posible los han tripulado [sic] y aborrecido, y quitado los oficios por defensores y patrocinadores de sus soldados y súbditos; que si los gobernadores se ajustasen a ser dioses de la tierra, cómo debian imitar al supremo y jeneral Señor de lo criado, que enseñó a los reyes del mundo y superiores del orbe, a conservar en los oficios y dignidades a los mansos, pacíficos y piadosos, como lo advirtió San Gerónimo diciendo, que gobernó cuarenta años Moises porque supo reprimir la soberbia y altivez de la potestad y mando con blandura, humildad y mansedumbre. Esto baste por ahora para que se entienda y se conozca que en Chille o en las Indias corren al reves todas las cosas, sin acertar a encaminarlas al verdadero camino de la razon y justicia; y se confirmará la propuesta con unas palabras del glorioso padre San Agustin.