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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

y los hace imitadores del soberbio Faraon, de quien dijo el texto sagrado que no obedecia a Dios; en cuyo lugar Cayetano advirtió diciendo, que despreció el mandato divino porque fiaba en su propia ciencia y sabiduría. Así son los letrados presumidos, aun peores que Faraon, porque ignoraba éste la grandeza y la potencia de Dios, y los otros decian tenerla mui presente; con que podrémos decir de ellos lo que Ruperto dijo a los del pueblo del Señor, que les estuviera mas a cuento no conocerle, que conocido despreciarle, ensoberbecidos con cuatro letras mal estudiadas. Con estos habla claramente el profeta Abdías, diciéndoles, que aunque levanten el vuelo como el águila, y pongan su asiento y solio en las estrellas, de allí los sacará Dios y los arrancará con violencia, por altivos y soberbios. Y así no tienen que presumir éstos que por vírjenes y castos tienen merecido el premio y galardon glorioso; que en el sentir de San Bernardo, sin la virjinidad se puede adquirir la gloria eterna, y sin la humildad, que es contra la soberbia, nó, de ninguna manera; y pasa mas adelante ponderando lo precioso de la humildad, que pondré sus palabras expresas, para dar fin a este capítulo. Sin la humildad, me atrevo a decir (dice este doctor santo) que la virjinidad de María Santísima no fuera agradable a Dios. ¿Sobre quién dice, tendrá su asiento y su descanso el Spíritu divino, sino es sobre el humilde y quieto? sobre el humilde dijo, y no sobre el vírjen; luego, pues, si María no hubiese sido humilde, el Spíritu Santo no hubiera tenido su descanso y divino solio en ella, y por lo consiguiente no hubiera concebido al Verbo Eterno, porque sin él, ¿cómo pudiera concebir dél? Finalmente, se reducen estas palabras a decir que la Vírjen Santísima, si no hubiese sido humilde, no hubiera concebido al Verbo Eterno por obra del Spíritu Santo. Con que a nuestro intento podrémos decir, que al que es soberbio, altivo y presumido con cuatro letras que ha mal estudiado, y con la dignidad o el oficio que ha adquirido está con vanidad entronizado, no con propicios ojos le mira el Spíritu divino; a cuya causa serán sus letras, su ciencia y sabiduría, de nuestros reinos y provincias enemigos feroces y ponzoñosas fieras (como lo han sido), ántes que muralla, abrigo ni defensa: con que la paz que se busca y se solicita, es imposible se consiga, y la guerra se perpetúa, a cuyo blanco los pasos de este libro se van encaminando. uit cijh angol exam.

CAPITULO XXXIV.

Anter En que se prosigue la historia y se da a entender la estimacion y aprecio que hacen estos bárbaros de los que son valerosos soldados, y del modo de predicar que tienen; y de como fuera de mucha importancia que S. M. (Dios le guarde) no hiciese ministro a ninguno sin haber servido antes en sus reales ejércitos diez años efectivos. sostius locurghatt stud Quedamos con nuestra historia en casa del cacique Quilalebo, y de la accion que hizo el soldado que apercibieron para la guerra, se han ido orijinando los capítulos que se han seguido, y el moral inexcusable que al intento se ha sacado, por ser el principal asunto de este libro.