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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

profeta que no era aquel el escojido, que no mirase ni atendiese a lo hermoso del rostro ni a la disposicion alta del cuerpo. Púsole despues Isaí al profeta por delante, al otro llamado Abinadab. Y dícele Samuel: tampoco es este el que elije Dios para su unjido. Pues ¿por qué desprecia a Abinadab el Rei de cielos y tierra? A que responde nuestro magno doctor y citado intérprete: Abinadab (dice) es lo propio, interpretado el nombre, que decir urbano, discreto y cortes varon, y el serlo le perjudica, y la urbanidad y discrecion le daña; que por eso de verdad en la consulta divina fué expelido y desechado Abinadab, porque la Iglesia santa nuestra madre no elije ni escoje para el gobierno y réjimen de las almas a los que son dilijentes, ni curiales en seculares negocios, sino a los que estan vestidos y adornados de spirituales afectos, y en divinas conversaciones ejercitados. Despues de haber dado fin a su oracion el galante y presumido predicador, se levantó un anciano, a poder de años y experiencias docto, y en breves razones, claras y de peso mucho mas que el otro, habló teniendo a todos atentos, y pendientes los sentidos de sus labios, por haberles predicado al alma lo ya que su natural inclinacion les lleva; que entre los consejos que dió a sus oyentes, fué el que referiré, por ser a nuestro intento el mas ceñido y ajustado. El asumpto principal del viejo fué alabar y engrandecer a los soldados que por defender sus tierras y sus patrias, no excusaban poner las vidas en peligro, como lo acostumbraba el bien venido varon y caudillo de aquella parcialidad, a quien todos debian dar muchos parabienes, como se los daba él, y otros tantos agradecimientos en nombre de su amada patria, pues como verdadero hijo de ella, solicitaba su defensa, la quietud y el descanso de sus habitadores; quienes debian imitar las acciones de tan gran soldado: y otras razones que en alabanza del gallardo jóven dijo el venerable viejo. En otra ocasion juzgo que he notado con razones ponderativas la estimacion y aprecio que estos bárbaros hacen, de los que son soldados valerosos y professustentado tan dilatados años esta prolija guerra y el militar ejercicio, y presumo ser esta la causa principal de inacabable, oponiéndose con esfuerzo y valentia a nuestra nacion española con armas desiguales e inferiores a las nuestras. Porque tambien sus consejos no son de Estado, ni de hacienda; solo el de guerra es el que se platica, adonde se consultan y prefieren los que son mas a propósito y estan mas ejercitados en las armas; a estos dan la mano, a estos respetan y a estos obedecen, porque no hai letrados que soliciten para sí y para sus deudos las medras, los oficios y las dignidades: que fuera de mucha importancia a nuestra real corona no franqueárselas tan a manos llenas. Y aunque haya de ser mi parecer mal recibido de los que todo lo quisieran rejir y gobernar, no dejaré de manifestarle, pues mi pretension y intento no es otro, que ver las armas aplaudidas para que los ejércitos de S. M. tengan valor y fuerzas para defender y propagar su monarquía. chapuo ang goloyon adi tomoloih