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HISTORIADORES DE CHILE.

famosa carga de arcabucería, con cuyos efectos murieron mas de cien indios, y atropellando la infantería abrieron camino por medio de ellos, y con gran órden disparando por sus turnos los arcabuceros, se fueron retirando poco a poco acercándose a su cuartel, con pérdida solo de tres soldados que les mataron; si bien los mas de ellos maltratados y heridos juntamente con su capitan, a cuya causa tuvo ocasion de entrar con la espada en la mano, bañado en sangre y colérico de haber visto que por la omision que tuvo el gobernador en enviarle el socorro de soldados que envió a pedir, se habia perdido y frustrado la mejor ocasion que en aquellos tiempos pudiera desearse. Y estando a caballo de la suerte referida, llegó adonde el gobernador estaba con sus consejeros y aliados, y le dijo en altas voces, que cómo se rejia y gobernaba por jente tan cobarde, pues le habian hecho perder la victoria mas considerable que pudiera buscar y apetecer en todo el discurso de su gobierno; que todos los que le habian aconsejado que no le enviase el socorro de soldados que le habia enviado a pedir, eran unos gallinas, que le harian creer que las yerbas que tenia debajo de sus plantas, eran enemigos; que dentro de aquellas estacas, aun les parecia no estar seguros, y que con la espada que traia en las manos, les daria a entender que sabia empeñarse y salir de sus empeños, cuando no sabian ni aun a lo largo mirarlos. Y volviendo las ancas a su caballo, le encaminó para sus tiendas, dejando a los circunstantes admirados de su temeraria resolucion, aunque justificada. A cuyas razones respondió prudente el gobernador diciendo: para semejante precipitacion es mui necesario el sufrimiento, porque los que bien sirven a S. M. tienen permiso tal vez para hablar con denuedo y desenvoltura en presencia de sus superiores. Notólo así San Pedro Crisólogo sobre el cap. 3 de Josué, admirándose de que el rio Jordan abriese camino por medio de sus aguas, encojiéndolas temeroso para que el arca del testamento con los sacerdotes que la llevaban, pasasen a pié enjuto, y estando la Santísima Trinidad en su presencia cuando se baptizó Cristo, bien nuestro (como lo refiere San Mateo), no hizo esta demostracion de reverencia; y inquiriendo la causa, responde a su duda y dice, que por haber servido con sus aguas al hijo de Dios en su baptismo, no tuvo temor ni recelo alguno de pasar por delante de la Majestad suprema y trina; mas como al arca del testamento no habia hecho ningun servicio, se halló corto y avergonzado, a cuya causa al llegar a sus orillas se encojió receloso, y humilde detuvo sus corrientes: dándonos a entender que el que bien sirve a su Rei y señor, puede hablar verdades descubiertas y hacer patentes sus servicios manifiestos en su real presencia, para que sean admitidos y escuchados con el celo y amor que sus leales vasallos le han servido, a quienes es conveniente en ocasiones disimular que pasen sus corrientes cuando se precipitan sus palabras, como lo hizo el gobernador, que a su ministro escuchó con sagaz acuerdo imitando al santo Profeta Rei, que despues de haber vuelto su caudillo y capitan jeneral de su ejército Joab de la batalla y victoria que contra su hijo Absalon consiguió dichoso, habiéndole