oksugaih adid fimuel sus astucias; y teniéndola entre mis lábios, dando fin a algunas mis devociones, quedaron con el sueño sosegados y suspensos los sentidos.
CAPITULO XIV.
En que se trata de lo que el dia siguente se dispuso, y de la oracion con que principié el dia, y el moral que se saca. Om Despues de haber el sol esparcido sus lucientes rayos, recordé cuidadoso por ver el estado en que se hallaban mis compañeros y amigos, y los que entretenidos en el baile habian quedado; levanté la cabeza y hallé cerca de mí a los dos muchachos mis camaradas, hijos de mi huésped Tureupillan, tan postrados y vencidos del sueño, como fatigados y rendidos del contínuo ejercicio de la noche; a su imitacion estaban los caciques sosegados, que con la luz de la aurora habian cesado los joviales instrumentos, que solo algunas viejas con las mujeres del dueño de casa estaban asistentes en el fuego, disponiendo las ollas y asadores para el regalo de los forasteros. Luego que ví sosegada la casa y sin ruido, me levanté del pobre lecho en que yacia, y al acostumbrado bosque adonde por las mañanas daba su mantenimiento al alma, encaminé mis pasos, y con toda devocion y afecto, hincadas las rodillas en la tierra, ante una cruz que entre las ramas verdes tenia puesta, recé mis devociones, dando principio con un salmo del profeta rei, que dice así: Señor de cielos y tierra, ¿quién ha de poder asistir en tu sagrado templo, o quién en tu monte santo podrá tener alivio ni descanso? a que responde el mesmo rei; el que entrare limpio y sin alguna mancha, y el que ajustado obrare en la justicia; el que promete al prójimo jurando, y no le engaña; el que su dinero no lo puso a logro, ni el que por el pobre recibió dádivas, dones, ni cohechos: el que esto cumpliere y esta lei guardare, no se moverá jamas. Haciendo memorias de estas palabras del santo profeta, se me vino a la consideracion que la poca stabilidad y permanencia que hoi se halla en algunos que gobiernan y tienen a su cargo la administracion de la justicia, es porque dan a logro sus dineros, tratando y contratando descaradamente, vendiendo al poderoso la justicia del pobre, y recibiendo dones y dádivas a cuenta del inocente; pues ¿cómo los tales podrán estar en la presencia de Dios, ni en su monte santo hallar buena acojida, ni descanso? Pues ya se tiene por lei establecida obrar a la contra de sus divinas leyes y andar ciegos y errados los que deben rejir y encaminar a otros; y así dijo mui bien Ovidio, vaticinando estos tiempos, los siguientes versos: ofremob fah suut noo olioyo 16 Terra feret stellas: cælum findetur aratro: Unda Jabit flammas; et dabit ignis aquas: Omnia naturæ præpostera legibus ibunt; Parsque suum mundi nulla tenebit iter. Omnia jam fient, fieri quæ posse negabam; Et nihil est de quo non sit habenda fides. ou
