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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

aunque es pobre para sí, puede hacerte rico a tí, esto es, vistiendo al desnudo y socorriendo al menesteroso. Estas son las limosnas que son a Dios aceptas, no las que se hacen a los ricos y poderosos, como las que en estos tiempos se acostumbra. ¡Desdichado el reino y desdichadas las repúblicas adonde a los que tienen sobrado caudal solamente se comunican los dones, los oficios y los provechos! al trocado de lo que en las repúblicas cristianas acontece, como lo notó Pedro Blesense en el portentoso milagro que el profeta Eliseo obró en casa de la triste y aflijida mujer, que miéntras tuvo vasos vacíos en su casa para henchirlos de aceite, corria con abundancia, y al punto que se llenaron, suspendió sus corrientes el manantial sagrado. Así lo dice el texto, en cuyo lugar dijo, a nuestro intento, el citado doctor estas palabras: Eliseo proveia los vasos vacios y los llenaba de aceite, y en faltando la vasija suspendia la accion, pero en las curias y consejos se repudian y desprecian los que están vacios, y se rellenan los llenos, que es como echar leña en los montes, y agua en el salado piélago; como si nos dijese, que el profeta Eliseo es viva representacion de una república bien ordenada y de un gobernador cristiano, que lo que ha menester lo comunica al necesitado pobre, y al poderoso, rico y abundante esconde sus favores; al contrario (dice este autor) que se acostumbra en los tribunales, curias y consejos de nuestros siglos, que de ordinario echan agua al mar, y leña a las montañas. esl nog ee Esta tambien sin duda es la causa de que este reino de Chille y aun todos los de las Indias, a mas andar vayan caminando a bosque, pues lo mas de nuestras antiguas poblaciones no son hoi otra cosa que espesos montes y desiertas selvas. Díganlo los edificios de la ciudad de Chillan, los de Arauco, San Felipe, San Cristóbal, San Rosendo, y otras mas de cuatrocientas estancias populosas, que sus sumptuosas casas y edificios con las de las ciudades competian. Todo esto ¿no es hoi una montaña y un tupido y cerrado bosque inhabitable, porque le han echado leña sin haberla menester? Y la ciudad de la Concepcion, que sirve hoi de frontera, ¿en qué estado dirémos que se halla? qué conveniencias tienen sus vecinos? díganio los clamores de los pobres que de sus distritos se han ausentado huyendo, porque el mar rebosó con el agua que le echaban estando lleno y sin haberla menester, y con desmedidos pasos se paseó por en medio de las casas y con facilidad igualó con el suelo sus mayores edificios. Estos efectos causan los excesos de los superiores que con insaciable cudicia nos gobiernan, que solo comunican los dones, los oficios, las honras y provechos a los que están sobrados y rellenos, como se experimenta en el reino del Perú, que los mas que están de ordinario en los correjimientos de algunas conveniencias, son los que están honrados con hábitos y con cien mil ducados sobrados; y los pobres, hartos de servir a S. M. los treinta y cuarenta años, están sin un pan que comer. Estos superiores ¿no son la causa y principal fundamento para que los vasos llenos se derramen y rebosen, y con sus avenidas se les aniegue el alma, y cuando ménos piensen que-