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NUÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑAN.

con las palabras de San Valeriano, que dicen así: este que tiene el ánimo de patricida, o por lo ménos maldice la vida de su padre, o aguarda la muerte de su madre, lo es. Y así es mui de notar el amor que este indio bárbaro mostraba tener a su padre, que era un viejo venerable, calvo ya a poder de años, toque antiguo y principal de Repocura, su tierra, que es mas que cacique; que los juzgo como en los tiempos pasados los senadores romanos, que gobernaban las repúblicas y ciudades, si bien en aquellos siglos parece (segun nos da a entender Ciceron) no asistian en las ciudades ni poblaciones, sino es en sus villas o chacras, como estos naturales, que se asemejan mucho a los antiguos en muchas disposiciones y ritos; pues a imitacion de los otros, tienen señalado y dispuesto un lugar conocido en cada parcialidad para sus parlamentos y consejos de guerra, que llaman lepum, y cuando se ofrece alguna consulta o cojao (que así llaman estas juntas) para refinar sus toques, insignias, como queda dicho, a modo de una hacha: esta es de piedra y está en poder de los caciques mas principales, que llaman toques, que para afijarlos con muerte de algun español, son llamados del cacique o toque principal de aquella regue o parcialidad que ha tomado la mano y convocado para la junta de parcialidades, que se encamina a entrar a nuestras tierras y fronteras a hacer daño y a pelear con los nuestros. Y de la propia suerte, dice Ciceron que eran llamados los senadores romanos de sus villas para el senado, y estos eran los mas viejos y ancianos; y para el efecto tenian nombradas algunas personas que llamaban viatores, que son citadores. Estuvimos conversando várias cosas en el entretanto que desterraban las tinieblas y abrian las puertas del oriente los crepúsculos del dia, aplaudiendo y estimando el ostentoso hospedaje que nos habia hecho nuestro amigo y huésped, de que se mostraba bastantemente agradecido; y me volvia a significar cuan deseoso estaba de llegar a su amada tierra en medio de aquellos regalos, festejos y amorosos agasajos. Sobre lo dicho, se me vino a la memoria lo poco que debemos a la patria los hijos de ella, y lo mucho que la amamos, que para prueba de esta verdad, me pareció referir algunos lugares sagrados, que los trajo a la memoria mi desvelo. Llegó Cristo, nuestro bien, a Nazarhet [sic], su patria, ubi erat nutritus, dice el texto, y segun la costumbre de los tiempos, entró el sábado en la Sinagoga a la continuacion de su dotrina y enseñanza, adonde con admiracion tenian todos los ojos puestos en sus lábios, suspensos los sentidos, y con la atencion pasmados con la enerjía de sus razones y con lo profundo de sus misterios, confesando lo milagroso y divino de sus prodijiosas obras. Y en medio de estas suspensiones le estaban mormurando los oyentes, diciendo: no es este el hijo de Joseph el carpintero, y María su madre? sus deudos y parientes no estan entre nosotros? de adónde le viene esta grandeza, esta sabiduría y estas virtudes? En otra ocasion los Gerasenos le pidieron con buenas razones y corteses súplicas, se saliese de su ciudad y de su contorno. Y dice el glorioRenoir tenger a c