R.: Conocí a Fidel Castro, el 22, no, el 26 de Enero de 1959 a las 2 y media de la mañana, en el Palacio Presidencial de la Habana. He ido 9 veces a Cuba, después de la revolución. Una vez por mi propia iniciativa, 5 o 6 veces invitado por el Gobierno Revolucionario de Cuba y dos veces representando a la izquierda chilena.
P.: Sr. Presidente, esta mañana estuve en el momento en que declaraba...
R.: Sr. quiero que se identifique, compañero.
P.: Perdón, Moncloa del Diario Expreso de Lima.
R.: No se le ve. Déjeme ver a don Paco que es amigo mío de tantos años.
P.: Muchas gracias.
R.: Déjenme ver a don Paco Moncloa.
P.: Esta mañana estuve en el momento en que usted hacía la declaración oficial sobre la refinanciación de la deuda externa. Lógicamente una declaración así, tiene que tener un rigor formal; aún cuando la cosa fue muy clara y el planteamiento de los propósitos, que plantea el Gobierno de Chile también es claro, creo que sería interesante, y por lo menos para mi país, saber exactamente algunos de los datos mayores sobre la deuda externa y sobre lo que se plantean ustedes, como la estructura de la deuda, qué países deben más, por qué esto se ha producido, etc. Si fuera tan amable, Presidente.
R.: ¡Y yo que dije que era amigo mío! Hábrase visto cosa igual, cómo se equivoca a pesar de los años que uno tiene!
Bueno, voy a satisfacer la curiosidad, en parte, de Paco Moncloa, que es amigo mío, y lo digo con mucha satisfacción, desde muchos años.
En realidad, como lo dijimos en la declaración de este mañana, Chile confronta una dura realidad, hemos heredado de los Gobiernos anteriores un deuda superior a los 3 mil millones de dólares y a ello hay que agregar los 728 millones de dólares de deuda que tienen las compañías del cobre, y que yo he dicho, que en el fondo es la indemnización que nosotros, teóricamente tendríamos que pagar, porque la Reforma Constitucional establece que nos hacemos cargo de los activos y pasivos de las empresas. Y digo teóricamente porque además, la Consituticón faculta al Presidente de la República, para deducir, es decir, no hacerse cargo, de parte de esas deudas que estime no han obedecido a inversiones justificadas y que hayan redituado en una mayor producción, en beneficio del desarrollo de las minas. Este es un problema técnico bastante serio, que el momento oportuno resolveré, una vez que haya estudiado la recopilación de los estudios que sobre esta materia se han hecho.