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Para ser más claro, se cumplen cerca de dos meses en paro, utilizando este tipo de métodos por parte de algunos sectores infiltrados en los trabajadores, porque no me imagino que trabajadores puedan proceder como han procedido algunos. Sin embargo, no ha habido ni represalias, ni dirigentes sindicales expulsados, ni medidas coercitivas. Y si sentimos la muerte de un empleado, hay que decir que no fue provocada por la actitud represiva del Gobierno, sino por la imprudencia de desobedecer las órdenes de una patrulla militar.

Cuatro fórmulas de arreglo. En cualquier circunstancia, por lo menos pudieron haber sido discutidas, votadas, analizadas y no se hizo. ¿Y por qué? Porque hay un interés político; porque hay detrás de esto la voluntad de que no se llegue a acuerdos, con la esperanza de propagar el conflicto a otros sectores, ya no de la Gran Minería; porque ha fracasado, pero sí a otros grupos, para crear de nuevo condiciones similares a las del paro de Octubre del año pasado.

Pero si ellos han cambiado de táctica, y pretenden tomar como base de apoyo sus pretensiones destinadas a subvertir el orden público, y a desconocer las bases de sustentación legítima del Estado, también los trabajadores de Chile y los partidos populares han entendido que deben tener una actitud distinta y diferente, y así lo han demostrado el viernes pasado.

Por eso es que quiero señalar que el viernes, cuando los trabajadores estaban frente al local de la democracia cristiana en un grupo de trescientos y se habían enfrentado minutos antes con los obreros de el Metro —no con Carabineros como se quiere contar— se me solicitó a través del diputado Cerda, que recibiera a los dirigentes de esos mineros. Yo acepté y el día anterior le había dicho al diputado Señor Cerda, que así como no autorizaría la marcha que pretendía hacer a Santiago porque no había sido solicitada con el tiempo requerido, estaba dispuesto, como siempre, a escuchar a los trabajadores, a sus dirigentes. Que no era necesaria su petición, que no cabía intervención política para que se presentaran miles de trabajadores y yo dialogara con ellos.

(SIGUE)