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banda oriental y patagonia

tierra, o también cuando, al lanzarlo contra un muro, en el momento de llegar a él se encabrita y roza la superficie con sus cascos. He visto a un animal que saltaba con gran nervio, y sin embargo se le hizo marchar a todo galope por un patio sujetando las riendas con sólo el índice y el pulgar, y luego dio una vuelta alrededor del poste de una galería con gran velocidad, pero a distancia tan igual, que el jinete, extendiendo el brazo, podía mantener un dedo rozando el poste. Luego, dando una media vuelta en el aire, con el otro brazo tenso de la misma manera, giró con asombrosa fuerza en dirección contraria.

Un caballo así está bien domado, y aunque a primera vista tales habilidades parezcan inútiles, dista mucho de ser así, pues diariamente se ofrecen ocasiones de aprovecharse de ellas. Al detener un toro y engancharlo en el lazo, a veces empezará a dar vueltas y más vueltas, y el caballo, asustado al sentir la fuerza con que él toro tira de él, si no está bien domado no girará con facilidad, como el eje de una rueda. A consecuencia de esto han muerto muchos hombres, pues si el lazo se enrolla alrededor del cuerpo del jinete, en pocos momentos resultaría casi partido en dos mitades, por la fuerza con que las bestias tiran en sentido contrario. En el mismo principio se educan las razas de carrera. La pista es solamente de 200 a 300 metros de largo, pues lo que se desea es habituar a los caballos a un arranque rápido. A los animales destinados a carreras se les enseña no sólo a mantenerse con los cascos tocando una línea, sino a poner en juego a la vez los cuatro remos, de modo que al primer salto entren en plena acción las patas traseras. En Chile contaron una anécdota que creo cierta y suministra una buena comprobación de las ventajas que ofrece un caballo bien domado. Yendo un día a caballo un señor de posición, encontró a otros dos, de los que uno iba montado en un caballo