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tierra del fuego

extienden magníficos glaciares desde la ladera de los montes hasta el mar. Apenas es posible imaginar algo más bello que el azul berilo de estos glaciares, en especial por el contraste con la blancura mate de la nieve que corona las cimas. Los fragmentos que del glaciar han caído en el agua se alejan flotando, y el canal, con sus icebergs, presenta en un gran espacio una imagen en miniatura del mar polar. Después de halar los botes a la playa, a la hora de comer estuvimos admirando desde la distancia de media milla un acantilado de hielo, con la esperanza de ver desprenderse algunos bloques. Al fin se precipitó una gran mole con un ruido enorme, e inmediatamente vimos la blanda silueta de una ola que avanzaba hacia nosotros. Los hombres corrían a toda prisa a los botes, porque el peligro de ser despedazados era evidente. Uno de los marineros se asió a la borda en el preciso momento de romper la ola; fué volteado y sacudido de un lado a otro, pero sin recibir daño, y los botes, aunque levantados en alto por tres veces, para caer otras tantas, salieron indemnes. Fué para nosotros fortuna grandísima, porque estábamos a 100 millas del barco y nos hubiéramos quedado sin provisiones ni armas de fuego. Anteriormente había observado que en la playa se veían enormes fragmentos de rocas recién desplazados, pero no adiviné la causa de ello hasta que vi esta ola. Un lado de la pequeña abra estaba formado por un estribo de micacita; el final, por un acantilado de hielo de 12 metros de alto, y la otra vertiente, por un promontorio de 15 metros de elevación, hecho de fragmentos redondeados de granito y de micacita, en el que crecían añosos árboles. Este promontorio era evidentemente una morrena [1] acumulada en un período en que el glaciar era de mayores dimensiones.


  1. Un glaciar está formado por una masa de hielo que fluye lentamente a lo largo de la pendiente de un valle. Las piedras que el glaciar acarrea, dispuestas en largas ringlas, constituyen las morrenas.—Nota de la edic. española.


Darwin: Viaje.—T. I.
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