aunque los seres orgánicos terrestres escaseaban en tanto grado, los que poblaban las aguas del mar circundante eran realmente infinitos. Chamisso ha descrito [1] la Historia Natural de un atoll o isla-laguna del Archipiélago Radack, y es notable cuán estrechamente sus habitantes, en número y especies, se parecen a los de la isla Keeling. Hay un lagarto y dos zancudas, a saber: una agachadiza y un zarapito. Cuéntanse 19 especies de plantas, incluyendo un helecho, y algunas de ellas son las mismas que crecen aquí, aunque en sitio tan inmensamente remoto y en un océano diferente.
Las prolongadas fajas de tierra que forman las islitas lineales han emergido sólo a la altura a que la marejada puede arrojar fragmentos de coral y el viento amontonar arena calcárea. La sólida roca plana exterior, como es de bastante espesor, rompe el primer empuje de las olas, que a no ser por ese obstáculo barrerían en un día estas islitas con todas sus producciones. El océano y la tierra parecen contender aquí por predominar, y aunque la segunda ha tomado posesión de una parte de la superficie, el primero no ceja en querer imponer su dominio. En todas partes se encuentran cangrejos ermitaños [2], de varias especies, que caminan cargados con las conchas robadas en la playa próxima. En los árboles se ven numerosas bubias, rabihorcados y golondrinas de mar, y el bosque, con la multitud de nidos y el olor del ambiente, parece un criadero de aves marinas. Las bubias, posadas en sus toscos nidos, miran al que se les acerca con
- ↑ Primer viaje de Kotzebue, vol. III, pág. 222.
- ↑ Las grandes pinzas de algunos de estos crustáceos, al contraerse, forman un admirable opérculo que cierra la boca de la concha con tanta perfección como pudiera hacerlo el del molusco primitivo. Me aseguraron, y lo vi confirmado por mis observaciones, que ciertas especies de cangrejos ermitaños usan siempre determinadas especies de conchas.