sólo unos pies de profundidad. Donde se han acumulado cerca de la superficie bancos de sedimento, como en algunas partes de las Antillas, a veces se guarnecen de franjas de corales, y, por tanto, semejan en cierto grado islas-lagunas o atolls; así como los arrecifes franjeantes que rodean islas de suave pendiente tienen cierto parecido con los arrecifes-barrera.
Toda teoría sobre la formación de los arrecifes de coral que no incluya las tres grandes clases de los mismos
Fig. 6-ª—Corte de un arrecife coralino (Isla de Bolabola).
A A, bordes exteriores del arrecife franjeante al nivel del mar.—B B, playas de la isla franjeada.
A A', bordes exteriores del arrecife después de su crecimiento hacia arriba, durante un periodo de sumersión, convertido ahora en una barrera, con islitas.—B B', playas de la isla ahora cercada.—C C, canal-laguna. N. B.—En éste y en el grabado siguiente, la sumersión del país puede representarse solamente por una aparente elevación del nivel del mar.
no puede considerarse como satisfactoria. Según lo expuesto, nos vemos forzados a creer en la sumersión de esas vastas áreas salpicadas de islas bajas, de las que ninguna se eleva sobre la altura a que los vientos y olas pueden arrojar materiales, y que, no obstante, están construídas por animales que requieren una base y que esta base no esté situada a gran profundidad. Consideremos una isla rodeada de arrecifes franjeantes que no ofrezca dificultad en su estructura, y supongamos que esta isla, con su arrecife, representada en el grabado por las líneas continuas, se sumerge lentamente. Ahora bien: al paso que la isla se hunde