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Página:Charles Darwin - Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo - Tomo II.djvu/74

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cap.
darwin: viaje del «beagle»

fantásticas, como, por ejemplo, de árboles< su tamaño debe de ser inmenso, porque pueden percibirse desde las alturas de detrás de San Carlos, distantes del Corcovado lo menos 93 millas. A la mañana siguiente el volcán apareció tranquilo.

Con no escasa sorpresa supe más tarde que el Aconcagua, en Chile, 480 millas al Norte, estuvo en actividad aquella misma noche, y todavía creció mi asombro al ver que la gran erupción del Coseguina (2.700 millas al norte del Aconcagua), acompañada de un terremoto que se sintió a más de 1.000 millas, tuvo lugar dentro de las mismas seis horas. Esta coincidencia es notabilísima, porque el Coseguina había permanecido inactivo por espacio de veintiséis años y el Aconcagua rarísima vez da señales de actividad. Difícil es conjeturar si tal coincidencia es casual o indica alguna conexión subterránea. Si el Vesubio, el Etna y el Hecla, en Islandia este último (todos tres relativamente más próximos entre sí que los citados volcanes de Sudamérica), se mostraran de pronto en erupción en la misma noche, se consideraría como cosa digna de meditarse la simultaneidad del fenómeno; pero lo es mucho más en este caso, en que los tres respiraderos se hallan en la misma gran cadena de montañas, y donde las vastas llanuras a lo largo de toda la costa oriental, y las conchas recién elevadas del fondo del mar en una longitud de más de 2.000 millas, en la costa occidental, muestran de qué modo tan uniforme y relacionado han actuado las fuerzas elevatorias.

Como el capitán Fitz Roy deseaba vivamente que se tomaran algunos datos de orientación en la costa exterior de Chiloe, se convino que Mr. King y yo fuéramos a caballo a Castro, y desde allí atravesáramos la isla hasta la capilla de Cucao, situada en la costa oeste. Habiendo alquilado caballos y un guía, partimos la mañana del 22. No habíamos andado mucho cuando se nos incorporaron una mujer y dos mucha-