mente en el individuo, no conservando sino las variaciones que son útiles á la comunidad. Una asociacion que comprenda gran número de individuos bien dolados, triunfa de aquellas cuyos miembros no están tan favorecidos, por más que cada uno de los individuos que componen la primera no presente tal vez ninguna superioridad sobre los demás miembros de la misma comunidad. Así han adquirido muchas conformaciones sorprendentes los insectos sociables, que prestan escasos ó nulos servicios al individuo ó á su prole, tales como el aparato colector del pólen, el aguijon de la abeja obrera, y las fuertes mandíbulas de la hormiga-soldado. Ignoro si alguna conformacion ha sido modificada únicamente para el bien de la comunidad en los animales sociables superiores, por más que haya algunas que parecen prestarla servicios secundarios. Por ejemplo, los cuernos de los rumiantes, y los fuertes caninos de los babuinos, parecen haber sido adquiridos por los machos á guisa de armas para la lucha sexual, pero sirven tambien para la defensa de la manada. Como veremos en el capítulo siguiente, el caso difiere completamente en lo que concierne á ciertas facultades mentales; porque estas han sido principal y casi exclusivamente adquiridas en ventaja de la comunidad, y sólo es indirecto el beneficio que al propio tiempo sacan de ellas los individuos que la componen.
A menudo se ha objetado á las ideas que acabamos de exponer, que siendo el hombre uno de los séres más débiles y el ménos apto para defenderse, de cuantos existen en la naturaleza, debia ser aun más débil y ménos apto cuando, en sus condiciones anteriores, se encontraba en un estado de menor desarrollo. El duque de Argyll, por ejemplo, afirma que «la conformacion humana ha diferido de la del bruto, por ser la postracion física y la