zamiento libre. En cuanto á lo que concierne á las causas determinantes, sólo podemos decir á propósito de las variaciones espontáneas, que se enlazan más íntimamente á la constitucion del organismo variante, que á la naturaleza de las condiciones á que se encuentra sometido.
Conclusiones.—Hemos visto en este capítulo, que estando el hombre actual sujeto como cualquier otro animal á diferencias individuales multiformes, ó variaciones ligeras, lo habrán estado tambien sin duda sus primitivos antecesores, ya que, entonces como ahora, derivan de las mismas causas y se rigen por las mismas leyes generales y complexas. Propendiendo todos los animales á multiplicarse con más rapidez que sus medios de subsistencia, lo mismo habrá sucedido á los antepasados del hombre, lo que inevitablemente les habrá obligado á una lucha por la existencia, y á la seleccion natural. Esta última habrá sido considerablemente ayudada en su accion por los efectos hereditarios de los órganos desarrollados por aumento de uso; ya que ambos fenómenos influyen constantemente uno sobre otro. Parece tambien que el hombre ha adquirido muchos caracteres insignificantes por seleccion sexual. Otra clase de cambio, no explicado, y tal vez bastante importante, debe atribuirse á la accion uniforme de estas influencias desconocidas, que, ocasionalmente, ocasionan en nuestros productos domésticos las desviaciones bruscas y pronunciadas de conformacion, de que presentan algunos ejemplos.
A juzgar por las costumbres de los salvajes y de la mayor parte de los cuadrumanos, los hombres primitivos, antecesores nuestros simio-humanos, vivian probablemente en sociedad. En los animales rigurosamente sociables, la seleccion natural obra algunas veces indirecta-