vasos sanguíneos y vísceras internas. El cerebro, el más importante de todos los órganos, sigue la misma ley, como lo han probado Huxley y otros anatómicos. Bischoff, testigo hostil, admite con todo que cada hendidura principal y cada repliegue del cerebro humano tiene su análogo en el del orangután; pero añade que los dos cerebros no concuerdan completamente en ningun período de su evolución; concordancia que, por otra parte, no puede existir, ya que de ser así serian iguales las facultades mentales de ambos. Vulpian hace la observacion siguiente: «Las diferencias reales que existen entre el encéfalo del hombre y el de los monos superiores, son excesivamente ténues. Sobre este particular no podemos hacernos ilusiones. Por los caracteres anatómicos de su cerebro el hombre se asemeja más á los monos antropomorfos, que estos, no sólo á ciertos mamíferos, sino tambien á ciertos cuadrumanos, como los macacos.» Pero aquí seria supérfluo dar más detalles sobre la correspondencia entre el hombre y los mamíferos superiores, en lo tocante á la estructura del cerebro y de todas las demás partes del cuerpo.
Tal vez será útil especificar algunos puntos, que aunque ni directa ni aparentemente se relacionan con la conformacion, atestiguan con evidencia esta correspondencia ó parentesco.
El hombre puede adquirir de los animales inferiores, ó comunicarles á su vez, enfermedades tales como la rabia, las viruelas, etc., hecho que prueba la gran similitud de sus tejidos, tanto en su composicion como en su estructura elemental, con mucha más evidencia que la comparacion hecha con el auxilio del microscopio, ó del más minucioso análisis químico. Los monos están sujetos á muchas de nuestras enfermedades no contagiosas; Kengger, que ha