estos animales hayan producido un grupo de peces tan inferiores como el Anfioxo, y de los cuales han debido desarrollarse los Ganoideos y el Lepidosirena, peces que son ciertamente poco inferiores á los Anfibios. Hemos visto que las aves y los reptiles estaban en lo antiguo íntimamente enlazados, y que hoy los Monotremos unen, aunque débilmente, los mamíferos á los reptiles. Nadie sabria decir en la actualidad por qué línea de descendencia se derivan las tres clases más elevadas, y más próximas; mamíferos, aves y reptiles, de una de las dos clases inferiores; anfibios y peces. Podemos figurarnos, respecto de los mamíferos, los grados por qué han pasado los Monotremos antiguos para llegar á los antiguos Marsupiales, y estos á los primeros antecesores de los mamíferos con placenta. Llégase de este modo á los Lemúridos, separados solamente por un débil intervalo de los Simiodeos. Entonces los Simiodeos se habrán separado en dos grandes troncos, los monos del nuevo y los del antiguo mundo; y de estos últimos, en una época muy remota, ha procedido el hombre, esta maravilla y gloria del universo.
Hemos logrado de esta manera dar al hombre una genealogía prodigiosamente extensa, pero en cambio, fuerza es confesarlo, de poco noble orígen. Como á menudo se ha hecho notar, el mundo parece haberse estado preparando mucho tiempo para la aparicion del hombre, lo que es completamente cierto en un sentido ya que debe su nacimiento á una larga série de antecesores. Si un solo eslabon de esta cadena no hubiese existido, el hombre no seria exactamente lo que es ahora. En el estado actual de nuestros conocimientos, á ménos de cerrar voluntariamente los ojos, podemos reconocer con bastante exactitud nuestro orígen, sin experimentar rubor alguno. El