V.
Peces.—Pocos peces se unen en el acto de la reproducción; generalmente los machos se limitan á seguir á las hembras, dejando, sobre los huevos que esta suelta, un principio fecundante. A pesar de esto, en la época de la fecundacion, traban los machos las más encarnizadas luchas. Los salmones machos combaten ardientemente, y su mandíbula inferior se prolonga, adquiriendo la forma de un gancho, para coger á sus adversarios. En muchos peces los dos sexos difieren por el color: el Callyonimus lyra es tan distinto de su hembra, que Linneo habia hecho de los dos sexos dos especies distintas; el macho es incomparablemente más bello. Es evidente que existe alguna relacion entre la coloracion de los peces y sus funciones sexuales:—primero, por la diferencia de coloracion, á menudo más brillante en el macho adulto:—segundo, por la semejanza de los machos jóvenes con las hembras adultas;—finalmente, porque hasta los machos que por lo comun presentan el mismo color que las hembras, revisten á menudo tintas vistosas durante la época de la reproduccion. Si podemos admitir que las hembras ejercen una eleccion y prefieren los machos más adorna-