No sé quemar incienso en más altares
Que en los de la virtud y la conciencia,
Do busco inspiración á mis cantares.
Quiero la libertad, no la licencia;
Quiero que á la instrucción sacando el jugo
Aprenda el pueblo á conocer su esencia.
No quiero de la plebe bajo el yugo
La vergonzosa libertad del robo
Ni la igualdad infame del verdugo.
Amo ese pueblo inteligente y probo
Que vive en el trabajo y la vigilia
Y aplaude las verdades sin adobo.
Que educa para el bien á su familia
Y se despierta al ¡ay! de su vecino,
Y en su orfandad ó su dolor le auxilia.
Ese de la razón sabe el camino;
Para él la majestad y la corona
Si es hora en el reló de su destino.
Pero para esa turba retozona
Que destruye lo mismo que desea
Y combate lo mismo que pregona: