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rodillas, y besándome con efusión, exclamó con la voz un tanto acatarrada que Dios le diera: ¡Ni Garcilaso!! Tardé bastantes años en conocer la importancia de tal elogio y la gravedad de tal heregía.

¡Pobre viejo! No se me ha olvidado tampoco que fué él quien me inspiró mi primer epígrama, si epígrama puede llamarse una desvergüenza dicha con toda la serenidad de la infancia. Habíase permitido el buen señor escribir una comedia ferozmente romántica, y que representada por una compañía de la legua que solia visitar alguna vez la población, tuvo, como no podia menos, más silbidos que espectadores. El pobre autor se llamaba Bazan, y, con razón ó sin ella, se creia descendiente del famoso don Alvaro, marqués de Santa Cruz. Pocos dias después del estreno de su obra corría de mano en mano el siguiente paralelo entre el marino y el poeta:

Los dos con distintos planes
Lograron iguales fines,
Uno fué honor de Bazanes
Y el otro honor de Ba.....