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es inaveriguable, y que no toma sus aspiraciones de la razon, de la paridad, ni de la simpatía, sino que nace espontáneo, crece déspota y arrastra el corazon á pesar de aquellos, Clemencia, que era muy niña para poder penetrar eu las profundas simas del corazon de los hombres criados en el gran mundo, se sintió arrastrada con vehemencia hácia Sir George, cuyas distinguidas maneras, cuyo talento, ilustracion, saber y gracia la encantaban. Y no es de extraħar que en unos instintos tan delicados, en un gusto tan culto como era el de Clemencia, unidos á un amante corazon, que hasta entonces habia respirado en una atmósfera sencilla y sosegada, hiciese impresion un hombre como Sir George, en quien brilla ban en su más alto grado las referidas ventajas.

Sir George sabia con una delicadeza de maneras, que solo se adquiere en la más alta y fina sociedad, obsequiar de un modo que no era rehusable; obsequiaba á Clemencia en las personas que ella queria ó le eran allegadas: habia mandado venir para la Marquesa un aparato ingenioso para vendar su pecho; habia regalado á D. Galo unos gemelos de unas dimensiones tan descomunales, que le era imposible á su entusiasmado dueño, colocarlos ante su vista con una sola mano. Paco Guzman los habia apellidado Rómulo y Remo.

—Paco, hijo mio, contestaba D. Galo en sus glorias, me ha dicho el Señor D. Jorge que el fabricante solo hizo tres como estos; uno para el Príncipe Al-