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les demuestran que ellos les agradan á ellas. A esta seduccion resisten fácilmente los hombres delicados y de mérito, para los que una mujer que baja de su elevado trono se desprestigia completamente; pero en hombres vulgares, en hombres vanos y sin mundo, que tienen la buena fé ó necedad de creer que ese amor puesto en féria lo es únicamente á su intencion, y nacido de un irresistible y apasionado impulso hácia ellos; hombres noveles que no conocen aun que á la mujer que pierde lo morigerado y el orgullo propio de su sexo, pocas virtudes le pueden quedar, aunque las afecte; hombres poco expertos que no conocen que los papeles están trocados, y que la que busca, es porque no es buscada; para estos, son tales mujeres temibles por poco que valgan; pues fingen todos los caractéres, todos los gustos y hasta todas las virtudes, haciendo cometer al hombre que cogen en sus perversas redes, toda clase de maldades, dándoles un interesante colorido, Y las leyes humanas son tan cortas de vista y toman tan poco en cuenta la parte moral de los delitos, que castigan al infeliz que robó un triste pedazo de pan para comer, y no han pensado en castigar á la infame que introduce un puñal de dos filos en el corazon ajeno, y destruye la honra, la felicidad y la paz de una familia!

Alegría, como las mujeres de su especie, sentia hacia los hombres, en ludibrio de su sexo, la propension que es propia de estos hácia las mujeres, aumen tada por la necia vanidad de verse rodeada de ena—: 1 -