Página:Clemencia, novela de custumbres (1862).pdf/408

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 138 —

¿Quién decia á aquella mujer niña, que nada sabia de pasiones ni concebia fingimientos, en un país en que el invadiente extranjerismo no ha podido aun pervertir la franca nobleza del carácter nacional, ni introducir el horroroso arte de fingir, que las lágrimas qne veia verter al hombre á quien amaba, no eran de corazon? ¿Quién, que todas aquellas demostraciones y extremos no eran hijos de una verdadera pasion? ¿Quién, que aquellas palabras tan ardientes no eran sentidas? La gran sinceridad de su alma; pues en punto á sentimientos, nada es más difícil de engañar que la sinceridad, puesto que desde luego echa de ménos su reflejo.

-